lunes, 3 de diciembre de 2007

De los bits al cine: El Game Over de la diversión

El mundo de los videojuegos es un torbellino donde todo cabe y todo es posible. Un mercado potente que ha convertido a sus iconos en objetos de la cultura pop y que hoy en día es más grande que la industria del cine, superándola en muchos aspectos. Pero qué sucede cuando la fórmula funciona al revés, cuando el juego se lleva a la pantalla grande ¿se acaba la diversión?

Ya es un hecho que la industria hollywoodense funciona con millones y millones de billetes y que a la vez, se deben hacer entrar muchos más. Es por esta misma razón, conocida por todos, es que estos tipejos no dejan pasar ninguna oportunidad y atacan despiadadamente a cualquier franquicia "rentable". Desde cómics, libros, hasta cualquier cosa que tenga carácter de "vendible" en su conversión a la pantalla grande. Así mismo, los pobres videojuegos se han visto envueltos en este pozo sin fondo ni creatividad.

El desastre de las películas basadas en videojuegos tiene su origen. Escarbando lo atrapamos en la poca responsabilidad que toman los estudios, esos millonarios que adquieren los derechos para realizar las películas. Toman a cualquier director sin experiencia y que poco o nada sabe del juego, lo ponen a dirigir una saga que tiene millones de seguidores (¿se te viene a la mente Resident Evil?), que sí se toman en serio el título y que de verdad sienten ese cariño nerd por sus personajes (ustedes me entienden) y finalmente le dicen "ya, haz lo que te plazca, pero que venda". El resultado: una película que definitivamente es mala, esfuerzos vagos por caerle bien a los fans, con detalles sin importancia y una caracterización burda de sus personajes. Claro es el ejemplo de la película de Super Mario Bros. de 1993. El personaje más carismático y querido por los gamers del universo es ridiculizado de manera grotesca, en un film de corte casi realista y no surrealista como todos lo esperábamos. Basta recordar a Bowser en la película para que nos den ganas de llorar.

Recuerdo la vez que vi Street Fighter: The Movie, esa oda al alma norteamericana, casi de corte facista. Era horrible ver a sus personajes principales Ryu y Ken, disminuidos por el personaje de Guile, el marine gringo, interpretado por Jean-Claude Van Damme. Definitivamente cualquiera haya sido el esfuerzo por parte de los realizadores de crear un símil del juego no fue lo suficiente.

Ni chicha ni limoná

Es entonces cuando se nos viene a nuestra trabajada mente videjougadora: ¿y al asesoría dónde?. Estos caballeros obviamente trabajan con gente de las compañías (Nintendo, Konami, Capcom y todos esos templos religiosos), pero parece que los guionistas se esmeran en hacer todo lo contrario. Juegos como Resident Evil o el clásico Doom rebalsan en aspectos positivos, lo que los han vuelto tan exitosos. Tensión, drama, una tremenda historia que contar y un jugoso repertorio de personajes que cualquier actor quisiera interpretar. Aún así, a pesar de tener todas esas ventajas... las películas son una basura. ¿Qué será? Podemos plantear que los juegos son tan espectaculares y su historia es tan absorbente que no pueden ser superados, pero eso sería ir demasiado lejos. Al fin y al cabo la película debe causarnos algo también, es cine y no debemos desmerecerlo jamás.

Justamente es esa actitud, de tratar de satisfacer forzosamente al fan es la que resulta catastrófica, pues olvidan a la gente que sólo va a ver una película, que no le interesan los juegos y quiere ver un buen film . Las películas adaptaciones resultan ser pobres en traducción narrativa, esto hace que sean planas, excéntricas y aburridas. Buscar el equilibrio entre el fanático y el espectador común es lo que revienta en sudor y cansancio mental a los directores.

Creer que se tiene una audiencia asegurada implica el gran error al realizarse estas películas. Volviendo al caso de Resident Evil, los realizadores hicieron un canje total entre el "epicentro neurálgico" de esta saga (el horror atmosférico que nos moja los pantalones) y un montón de autos volando y mucho fuego y mucha explosión y todo eso que veríamos en películas como Arma Mortal. Definitivamente una mala jugada, pues no satisface al seguidor del juego ni al cinéfilo promedio, ni chicha ni limoná.

¿Y ahora quién podrá defendernos?

Ahora miramos al frente, al futuro, a lo que se viene. La gente de Hollywood está decidida a acabar con todos nuestros dioses consoleros. Hitman, el maestro pelado del disfraz y del asesinato silencioso es la próxima víctima. Los productores y gente que ponía el dinero (como no) cometieron un error de proporciones: a último minuto, antes de comenzar las grabaciones, se decidió cambiar el guión (y al director de pasada), pues fue considerado demasiado "sangriento" y "oscuro". Para tirarse de un quinto piso...

¿Alguien dijo esperanzas? les digo, por estos lados no se ven. Lo único que nos queda es rezar para que no sigan reventando a más y más leyendas del videojuego. Aún así, si nuestras plegarias no son escuchadas por Kamisama, lo más probable es que pronto veamos denigrandose en la pantalla grande, con una gran bandera norteamericana, Manhattan y muchas explosiones, al señor Solid Snake (Metal Gear) y a Jefe Maestro (Halo), iconos actuales de lo que significa tener un joystick en la mano. Lo único, pero lo único que podría llegar a salvarnos (de forma ya milagrosa) sería la participación de Peter Jackson en el último de estos proyectos. Hace mucho se le había nombrado como el futuro director de Halo, y lo no desmerecemos, pues se ganó un tremendo lugar en nuestros corazones nerds, al superar nuestras espectativas con la trilogía del "Senor de los Anillos" (parece que a los libros les va mejor). Podríamos decir que caería en buenas manos.

A estas alturas ya no queda mucho que decir. Sólo me queda contarles, a modo de dato tenebroso, que próximamente veremos en pantalla a Dragon Ball, para que vayan sufriendo desde ya y empiecen a darse cuenta que cuando los gringos tienen ganas de hacer dinero matando los sueños de otros...simplente lo hacen, aunque sea algo que ellos mismos hayan creado (sí Bush, a ti te hablo también). Que los juegos se queden donde pertenecen, en la consola y en el olimpo de nuestro goce.


Hasta Snake se esconde, nadie quiere ir al cine.

1 comentario:

Kuma-Kun dijo...

Quememos el cine hoyts en protesta!